Luis de Guindos es el candidato del
Eurogrupo para convertirse en el primer vicepresidente español en la
historia del Banco Central Europeo (BCE) a partir de junio. La renuncia
de Philip Lane ha despejado el camino por completo al aún ministro de
Economía.
España ya tiene lo que quería: recuperar su silla en el Comité Ejecutivo del BCE. Luis de Guindos ya tiene lo que quería: la vicepresidencia del BCE. Y el BCE ya tiene lo que no quería: un ministro que salta de manera directa del Eurogrupo al banco central.
Tal como se esperaba, el aún ministro de Economía español sale como
único candidato del Eurogrupo, el foro que reúne a los ministros de
Economía y Finanzas de la Eurozona, para ser el nuevo número 2 de la
institución monetaria desde junio, cuando caducará el mandato del actual vicepresidente, el portugués Vítor Constancio. Allí, entre los 'suyos', puesto que como actual ministro de Economía sigue siendo el representante español en el Eurogrupo,
Luis de Guindos ha sido el encargado de devolver a España al directorio
del BCE, compuesto por seis miembros y en el que nuestro país había
tenido hasta la fecha dos representantes, Eugenio Domingo Solans (1998-2004) y José Manuel González Páramo (2004-2012), tras la renuncia de su rival, el irlandés Philip Lane.
Consciente de los apoyos con los que contaba Guindos, con Alemania y
Francia a la cabeza, y de que el año que viene podrá aspirar a otro
puesto goloso, como el de economista jefe del BCE cuando venza el
mandato del alemán Peter Praet, Lane ha dejado el camino libre al español.
Con esta decisión, España recupera peso e influencia en las zonas nobles,
en los pasillos y los despachos donde se 'cuecen' las cosas en la
Eurozona, tras años de reveses en este terreno. Y reinstaura el pacto no
escrito según el cual las cuatro grandes potencias de la región, como
son Alemania, Francia, Italia y España, siempre ocuparían un sitio en el
Comité Ejecutivo del BCE.
Como el propio Guindos escribió en su libro, 'España amenazada', y como reconoció también en la rueda de prensa en la que su candidatura se hizo oficial,
España no logró relevar a González Páramo con otro representante
español en 2012 por la crisis económica y financiera en la que estaba
sumida. "Estaba claro que nos bajaban, por lo menos, a la segunda división",
lamentaba Guindos en su libro sobre la imposibilidad de retener esa
silla. Ahora España logra el ascenso con él como protagonista.
SIGUIENTES PASOS
Con el veredicto del Eurogrupo, eso sí, no acaba el proceso. Quedan otros pasos por dar. Este martes, el Ecofin recogerá lo acordado por los ministros de Economía y Finanzas del euro, le dará carácter oficial y lo elevará al Consejo Europeo, que resolverá definitivamente el asunto en la reunión de los días 22 y 23 de marzo.
Aunque, por tanto, habrá que esperar todavía un mes para que finalice el proceso, la resolución del Eurogrupo siempre ha sido respetada,
con lo que el camino ha quedado totalmente despejado. Ahora bien, por
el camino aún quedan 'flecos' por resolver, en forma de los
pronunciamientos del propio BCE y del Parlamento Europeo.
Del primero no se esperan grandes aspavientos por mucho que Guindos no fuera 'su' candidato. Gustaba más el perfil técnico que tenía el candidato irlandés, Philip Lane, que el político del español. La pasarela directa que el español estrenará para pasar del Eurogrupo al BCE no gusta nada en Fráncfort,
donde el banco central tiene su cuartel general y donde la defensa de
su independencia con respecto a las presiones políticas queda menos
clara con este nombramiento, pero todo indica que la entidad presidida
por Mario Draghi no querrá 'recibir' mal al que será su
número 2. Más que nada, porque la opinión del BCE, por relevante que
pueda parecer, no es vinculante. Es decir, no tiene ninguna capacidad de
veto.
Del Parlamento, en cambio, sí puede venir un voto contrario a Luis de Guindos,
pero no por él mismo, sino por el hecho de que sea un hombre y no una
mujer. Ya ocurrió en 2012, cuando el Parlamento vetó el nombramiento de Yves Mersch
por este motivo. Seis años después, con sólo una mujer entre los seis
componentes del Comité Ejecutivo y con apenas dos mujeres entre las
veinticinco personas que integran el Consejo de Gobierno de la entidad,
el Parlamento podría denunciar esta situación por mucho que, como ocurre
con el BCE, su veto no sea vinculante.
Mientras se solventan estos requisitos, Guindos ya puede ir preparando la mudanza.
De Madrid a Fráncfort. De la cartera ministerial a la de banquero
central. Se cumple así la garantía que el entonces ministro de Finanzas
alemán, Wolfgang Schäuble, le dio en 2014. "Schäuble me garantizó que la primera vacante en el BCE sería para España",
confesó también en su libro. España vuelve así al Comité Ejecutivo, y
lo logra haciendo historia. Por dos veces. Primero, con un español
alcanzando la vicepresidencia, algo que nunca antes se había visto. Y
segundo, con un ministro saltando directamente al banco central, algo
que tampoco antes se había visto.
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