lunes, 23 de abril de 2018

El próximo dilema de los aranceles de Trump: ¿golpear a Wal-Mart o a Apple Store?

Por David Lawder y Howard Schneider (PA:SCHN)
WASHINGTON (Reuters) - Los consumidores estadounidenses pueden estar a punto de sentir en carne propia los efectos del choque comercial iniciado por el presidente Donald Trump con China y otros países cuando en los próximos días se anuncie una nueva lista de importaciones chinas que serán gravadas.
Después de imponer aranceles de importación en enero a los paneles solares y las lavadoras, Trump redobló la apuesta el mes pasado al anunciar tasas a las importaciones de acero y aluminio y gravámenes a otros productos por unos 50.000 millones de dólares.
Después de que Pekín respondiera con una lista de productos estadounidenses que estarían sujetos a aranceles, Trump ordenó a inicios de este mes considerar gravámenes adicionales por 100.000 millones de dólares.
Pero un análisis de Reuters de las importaciones chinas muestra que para llegar rápidamente a impuestos por 100.000 millones de dólares, Trump podría tener que apuntar a teléfonos celulares, computadoras, juguetes, ropa, calzado, muebles y otros bienes de consumo, lo que provocaría alzas en los precios minoristas en el país.
"No hay forma de evitar los productos de consumo cuando se piensa en cómo llegar a 100.000 millones de dólares en importaciones procedentes de China", dijo Hun Quach, vicepresidente de comercio internacional de la Asociación de Líderes de la Industria Minorista de Estados Unidos.
El impacto de los aranceles en los consumidores dependerá de variables que dificultan un cálculo producto por producto. Las empresas pueden absorber algunos costes y algunas hasta tendrán la opción de cambiar la producción de China a otros países, reduciendo el impacto para los compradores estadounidenses.
Después de que las lavadoras importadas por LG Electronics (KS:066570) fueran golpeadas con un arancel del 20 por ciento en enero, la compañía elevó los precios en Estados Unidos en alrededor de 50 dólares por unidad, entre un 4 y un 8 por ciento.
LG optó por absorber parte del coste de los aranceles, fijados en momentos en que había comenzado la construcción de una nueva fábrica en Estados Unidos que comenzará a producir lavadoras a fines de este año, con lo que evitará los aranceles estadounidenses.
Las empresas con cadenas de suministro complejas, principalmente aquellas de industrias de alta tecnología, también pueden cambiar la forma en que sus subsidiarias cobran los costes internos para reducir el impacto de los aranceles.
La primera ronda de tarifas de Trump dejó intacta de forma deliberada a la mayoría de los productos electrónicos de consumo. Pero sumar otros 100.000 millones en productos a los que imponer impuestos entre los 506.000 millones de dólares en importaciones estadounidenses desde China en 2017 sin perjudicar a los compradores no será fácil.
El Representante Comercial de Estados Unidos podría encontrar rápidamente 100.000 millones a los que apuntar, pero a costa de tres amplias categorías de productos electrónicos de consumo: teléfonos celulares (44.000 millones), equipos de computación (37.000 millones) y grabadores de voz, imágenes y datos (22.000 millones).
Las cadenas de suministro de Estados Unidos también se verían perjudicadas ya que muchos productos electrónicos de consumo dependen de la exportación de semiconductores, software y otros insumos estadounidenses a China para su ensamblaje antes de ser importados de regreso al país.
Aliados como Corea del Sur, Japón y Taiwán también suministran partes de celulares para compañías como Apple Inc (NASDAQ:AAPL) y sentirían el impacto. "Terminas disparándote en el pie, disparando a tus aliados en el pie, y tal vez lastimas al dedo gordo del pie de China", dijo Chad Bown, investigador del Instituto Peterson de Economía Internacional.
ÓRDENES CERRADAS
Trump podría obtener una cuarta parte de los 100.000 millones de dólares gravando juguetes, y artículos deportivos y juegos, categorías con poco contenido local que ascendieron a 25.500 millones de dólares en importaciones de China en 2017.
Pero China representó el 81,5 por ciento de todas las importaciones estadounidenses en este grupo, lo que significa que habría pocas fuentes alternativas para los importadores que pudieran atenuar el impacto arancelario en los consumidores.
Agregar ropa, calzado y muebles a la lista sumaría el monto necesario para alcanzar los 100.000 millones de dólares, pero el alza de los precios en esas categorías serían sentidos con fuerza por los consumidores.
De acuerdo a datos de Census, hay aproximadamente 7.600 bienes de consumo e industriales disponibles para aranceles con un valor combinado de 101.000 millones de dólares en los que China representa el 40 por ciento o menos de las importaciones estadounidenses y que podrían ser obtenidos de otros países.
La mayoría incluye producción en pequeña escala y una amplia gama de productos que se venden en las cadenas de tiendas locales como Estados Unidos como Wal-Mart (NYSE:WMT), que incluyen ropa, alimentos para mascotas y accesorios de iluminación.
Si bien la disponibilidad de estos artículos en otros países podría ayudar a limitar los aumentos de precios, aún habría interrupciones para los minoristas con cadenas de suministro establecidas desde hace mucho tiempo.
"El abastecimiento desde otro país no es una solución fácil. No puede darse de la noche a la mañana", dijo Quach de RILA, quien agregó que las órdenes de Navidad de los minoristas para 2018 están cerradas. Y hay pocas alternativas para los 402 millones de dólares en luces de árboles navideños que llegan desde China.
Economistas encuestados por Reuters advirtieron que, si bien la imposición de aranceles puede beneficiar a los productores de acero y aluminio estadounidenses, los costes aumentarían para muchos otros productores y consumidores locales.
Los exportadores estadounidenses también sentirán el impacto de la guerra comercial después de que China anunció en marzo aranceles sobre 128 productos, como fruta y vino, que el país exporta al gigante asiático y que ahora serán gravados en un 15 por ciento.
Exportaciones estadounidenses por otros 50.000 millones de dólares como automóviles, aviones, carne de cerdo y soja enfrentan un arancel de 25 por ciento.

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